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Todo en su cabeza?

Dolor. Todos lo hemos experimentado. Un dedo del pie golpeado. Una espalda tensa. Una rodilla raspada. Puede ser un pinchazo, un hormigueo, un escozor, una quemadura o un dolor sordo. El dolor es una señal de que algo no está bien. Puede haber terminado o puede provenir de una parte específica de su cuerpo.

El dolor también puede ser agudo o crónico. El dolor agudo es del tipo que le indica que algo está lesionado o que hay un problema que debe solucionar para aliviar el dolor. El dolor crónico es diferente. Es posible que haya habido un problema agudo en algún momento, tal vez debido a una lesión o infección, pero el dolor persiste a pesar de que la lesión o infección se haya resuelto. Este tipo de dolor puede durar semanas, meses o años. Y a veces, no hay una razón clara para el dolor. Simplemente es.

Se estima que hay más personas que sufren de dolor crónico que aquellas con enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer combinados. Es una de las razones más comunes por las que las personas buscan atención médica. Además, sigue siendo desconcertante cuando se buscan respuestas.

Entonces, ¿a dónde voy? Septiembre es el mes de la conciencia del dolor. El objetivo es recordar a las organizaciones que trabajen juntas para crear conciencia sobre cómo el dolor afecta a las personas, las familias, las comunidades y la nación y apoyar la acción nacional para abordar el dolor.

 

El dolor tiene historia

Al parecer, los antiguos griegos consideraban el dolor una pasión. Creían que el dolor era más una emoción que una sensación. Durante la Edad Media, el dolor se consideraba un castigo que se aliviaría mediante la penitencia.

Cuando estuve en práctica durante los años 90, el dolor como fenómeno puramente físico alcanzó su punto álgido. Como proveedores de atención, se nos animó a ver el dolor como el "quinto signo vital", junto con la temperatura, la respiración, el pulso y la presión arterial. Haremos que los pacientes califiquen su dolor. El objetivo era aplastarlo.

“Todo en tu cabeza” es el mensaje equivocado para una persona que sufre un dolor crónico. Sin embargo, aquí está el desafío, nuestros cerebros juegan un papel muy importante en la forma en que experimentamos el dolor. Cuando la señal de dolor llega al cerebro, se somete a un "reprocesamiento" significativo. La percepción del dolor es siempre una experiencia personal. Se ve afectado por nuestros niveles de estrés, nuestro medio ambiente, nuestra genética y otros factores.

Cuando tiene dolor por una causa específica (una lesión o un proceso patológico específico como la artritis), el tratamiento debe dirigirse a la causa subyacente del dolor o la enfermedad. Lo que nos puede pasar a algunos de nosotros, generalmente después de unos tres meses, es que el dolor se vuelve a procesar y, por lo tanto, se vuelve "centralizado" o crónico. Esto suele suceder después de que el problema original haya pasado o se haya curado, pero existen percepciones persistentes de dolor. Aquí es donde la educación se vuelve fundamental para un paciente. Debe haber un enfoque en la reducción de miedos como "algo está mal" o "herir significa hacer daño". Vivir con dolor puede ser debilitante y reducir su calidad de vida. Cuando los pacientes pueden comenzar a comprender lo que está sucediendo con su cuerpo y sus percepciones del dolor, tienen más éxito en mejorar.

 

Cuando veas a tu doctor

Estas son preguntas para hacerle a su médico:

  • ¿Cuál es la causa probable de mi dolor?
  • ¿Por qué no desaparece?
  • ¿Cuál es la mejor opción de tratamiento para mí? ¿Necesitaré medicamentos?
  • ¿La terapia física, ocupacional o conductual ayudará a aliviar mi dolor?
  • ¿Qué pasa con las terapias alternativas, como el yoga, el masaje o la acupuntura?
  • ¿Es seguro para mí hacer ejercicio? ¿Qué tipo de ejercicio debo hacer?
  • ¿Necesito hacer cambios en mi estilo de vida?

Puede ser necesario tomar analgésicos. Estos son medicamentos para aliviar dolores musculares, dolores de cabeza, artritis u otros dolores y molestias. Hay muchas opciones y cada una tiene sus pros y sus contras. Su proveedor puede sugerir inicialmente un medicamento de venta libre (sin receta) como acetaminofeno o antiinflamatorios como ibuprofeno o naproxeno. Los analgésicos más potentes se denominan opioides. Tienen un alto riesgo de adicción y, además, se ha demostrado que empeoran el dolor si los toma durante demasiado tiempo.

Sigue aumentando la evidencia sobre formas efectivas de controlar el dolor más allá de la medicación. Dependiendo de la afección, su médico puede sugerir:

  • Acupuntura
  • Biorretroalimentación
  • La estimulación eléctrica
  • Terapia de masaje
  • Meditación
  • Terapia física
  • Psicoterapia
  • Terapia de relajación
  • Cirugía en raras ocasiones

La investigación ha demostrado que las “terapias de conversación”, como la TCC (terapia cognitivo-conductual), pueden ayudar a muchas personas con dolor central crónico. ¿Qué hace esto? La TCC le ayuda a cambiar los patrones de pensamiento y los comportamientos negativos. Esto a menudo puede ayudar a los pacientes con dolor crónico a cambiar cómo se sienten acerca de su afección. La terapia cognitivo-conductual también puede ayudar a las personas con dolor crónico a controlar los problemas de salud relacionados, como problemas para dormir, cansancio o dificultad para concentrarse. Esto puede mejorar la calidad de vida de las personas con dolor crónico.

 

Hay esperanza

Si ha llegado tan lejos en su lectura, sepa que las opciones para tratar el dolor con éxito han aumentado considerablemente en los últimos 20 años. Es posible que lo primero que intenten usted o su ser querido no tenga éxito. No te rindas. Trabajando con su médico o terapeuta, puede continuar explorando los diversos enfoques que han funcionado para muchas personas. Se trata de vivir la vida al máximo.