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Más allá de los números hay historias de esperanza

En mi última publicación de Perspectivas, Compartí un recuerdo preciado: mi yo de cinco años, charlando animadamente con el abuelo en el aeropuerto de Saigón, y los sueños de una nueva vida en Denver dando vueltas en mi mente. Fue la última vez que vi a mi abuelo. Poco después, una enfermedad crítica se lo llevó mientras estábamos de luto desde el otro lado del Océano Pacífico. A medida que crecí, esta experiencia se convirtió en parte de un patrón más amplio: ser testigo de cómo mis seres queridos y mi comunidad luchaban contra enfermedades prevenibles que podrían haberse retrasado o incluso evitado por completo.

Mes Nacional de la Salud de las Minorías, descendiente de Semana Nacional de la Salud de los Negros establecido por Brooker T. Washington en 1915, destaca las persistentes disparidades de salud que enfrentan los negros, los indígenas y las personas de color (BIPOC) y las comunidades que históricamente han estado desatendidas. La pandemia arrancó el velo de estas disparidades, exponiendo tasas más altas de infección y mortalidad en las comunidades BIPOC. Las perturbaciones económicas y laborales, así como las dudas sobre las vacunas debido a la desconfianza histórica en el sistema de atención médica y la desinformación, exacerbaron aún más la situación. Las familias cultural y lingüísticamente diversas enfrentaron un ascenso aún más pronunciado al navegar por el complejo sistema de atención médica.

La pandemia pedía una nueva era, elevando otra Estrella Polar en el El cuádruple objetivo de la industria sanitaria: promover la equidad en salud y ayudar a las personas a alcanzar su máximo potencial de salud. Esto incluye medir y reducir las disparidades en salud, lo que se logra en parte mediante la recopilación de datos cuantitativos y cualitativos, la implementación de intervenciones específicas basadas en evidencia, el abordaje de desigualdades sistémicas, la prestación de atención culturalmente receptiva y el impacto en políticas económicas que promuevan la equidad en salud.

En mi rol profesional, veo los datos de salud no solo como estadísticas sino como historias humanas. Cada número representa a un individuo con esperanzas y sueños que desempeña un papel vital dentro de su comunidad. La historia de mi propia familia representó una de las disparidades en los puntos de datos. Al llegar a Colorado durante el invierno de 1992, enfrentamos desafíos: falta de vivienda segura, transporte, oportunidades económicas y dominio del idioma inglés. Mi madre, una fuerza de resiliencia, navegó por un complejo sistema de atención médica mientras daba a luz a mi hermano prematuramente. Trabajar por nuestras esperanzas y sueños cambió nuestra historia y la tendencia de nuestros datos.

Esta experiencia vivida informa los principios básicos que guían mi trabajo para promover la atención equitativa:

  • Comprensión holística: La evaluación de personas y comunidades requiere una visión holística, que considere no sólo los objetivos de salud física y mental, sino también las aspiraciones socioeconómicas y los sueños personales.
  • Hojas de ruta de empoderamiento: Simplificar y aclarar los pasos clave para lograr los objetivos de atención preventiva y manejo de enfermedades crónicas permite a las personas tomar el control de su viaje hacia la salud.
  • Atención procesable y accesible: Las recomendaciones deben ser realistas, ir acompañadas de recursos fácilmente disponibles y priorizadas en función de su impacto potencial en los resultados de salud.
  • Soluciones sostenibles para las necesidades sociales relacionadas con la salud (HRSN): Equipar a las personas con herramientas para abordar la HRSN de manera sostenible fomenta mejoras de salud a largo plazo para ellas y sus familias.
  • Mejoras Continuas: Debemos evaluar continuamente las operaciones de atención médica para garantizar que los servicios, programas y enfoques aborden de manera efectiva las necesidades integrales diversas y en constante cambio de las personas.
  • Creación de capacidad de red: A través de asociaciones, podemos aprovechar las fortalezas y la diversidad de las redes comunitarias para brindar atención integral y culturalmente receptiva.
  • Abogacía por el cambio sistémico: La equidad en salud exige un cambio sistémico. Debemos abogar por políticas que creen un sistema de atención médica más equitativo para todos.

El poder de nuestras diversas experiencias vividas, junto con las mejores prácticas de la industria, impulsa la creación de estrategias efectivas de atención equitativa. El Mes Nacional de la Salud de las Minorías es un poderoso recordatorio: lograr la equidad en salud requiere perspectivas diversas de individuos, redes comunitarias, proveedores de atención médica, pagadores, formuladores de políticas y todos los socios clave que trabajen juntos al unísono. Juntas, nuestras organizaciones y la industria del cuidado de la salud han logrado avances significativos, pero el viaje continúa. Sigamos creando un sistema de atención médica equitativo donde todos tengan una oportunidad justa y equitativa de alcanzar su máximo potencial de salud, y donde las despedidas en el aeropuerto tengan mayores posibilidades de convertirse en alegres reencuentros.